Estamos seguros que casi todas las personas que lean esta reflexión estarán asintiendo junto con nosotros/as ya desde el mismo título; otras personas, claro, quizá no tengan tanta gana de hacerlo y hasta habrá una minoría, muchas veces la que más se deja oír, que justamente se estarán ruborizando… Y hacen bien en sonrojarse.
Antes de nada quede claro que somos conscientes que el trabajo y la dedicación lectiva, académica, divulgativa, especializada, etc., en los diferentes campos que integran el Camino Espiritual por parte de las personas que los imparten y desarrollan, lógicamente deben quedar al margen de toda crítica, tanto en lo relativo a la venta de los textos (libros, artículos, ponencias, etc.), como a los cursos y talleres subsiguientes que a título general muchos/as de nosotros/as podamos concebir, escribir, publicar o impartir, pues es evidente que éste es un esfuerzo que debe ser respetado y remunerado máxime cuando además conlleva una dedicación y unos costes que están fuera de lo estrictamente iniciático. Nuestra crítica en ningún momento va dirigida a este tipo de actividades ni por supuesto a las personas que las realicen.
Nos referimos a otro tipo de “negocios” -por llamarles por su nombre- evidentemente lucrativos donde se mezcla, con total intencionalidad, el Camino Iniciático con el “paso por caja” para adquirir tales o cuales reconocimientos espirituales y religiosos (pasos de grado, iniciaciones, bendiciones, atribuciones chamánicas, sacerdotales, etc.) previo pago al contado o en cómodas cuotas, que va más allá de los gastos de materiales -lícitos, obviamente- y tienen como único e indecente objeto sacar el dinero de las personas incautas que caen en sus redes a cambio de la venta de una hipotética enseñanza religiosa que disfrazan de mil maneras para disimular su desvergüenza.
Si, no nos llevemos a engaño ni nos rasguemos tampoco las vestiduras ahora ¿Quien no ha leído de la venta del sacerdocio o de la potestad de oficiar tal o cual rito previo pago? Hemos visto como se cobra por la iniciación ¿verdad? ¿Quién no lee sobre las ventas masivas y continuadas de talleres de todo tipo para alcanzar algún privilegio o estatus dentro del grupo?
Leemos con demasiada asiduidad excelentes “ofertas” que dan a sus “discípulos” -clientes- potestad o grados en diversas religiones y el sacerdocio para lograr determinada calidad o cualidad religiosa o espiritual en sus respectivas congregaciones, hasta el punto de acumular una serie de méritos extras valederos para alcanzar un estatus dentro de su grupo o diplomarle como si el aval de sus “titulaciones” compradas pudiera ser respetado por cualquier Culto serio.
Ni tan siquiera la Iglesia Católica, maestra en hacer moneda de la religión, cae en este juego tan desagradable y mezquino de engañar a sus fieles con tan burdas argucias y separa, por ejemplo, la ordenación sacerdotal de la teología propiamente dicha, siendo que puede estudiarse esta disciplina sin estar ordenado sacerdote y por supuesto no vendértela como si aprobarla significara sacerdocio o potestad sacerdotal alguna de acción, reconocimiento u oficio entre su clero.
Una diferencia bien marcada que no ocurre por ejemplo con la Wicca, Santería,etc. que ha acabado siendo el cajón de sastre del Paganismo, donde nos venden ya no los grados iniciáticos y la potestad de oficiar ritos o impartir bendiciones a precios de promoción y saldo, que también, sino ¡la mismísima iniciación y el sacerdocio! que ya hay que tener valor -y cara dura- y nosotros/as cuajo para no reprocharlo.
Vemos en muchas de estas agrupaciones, que lo único que desarrollan son curso tras curso sin más descanso que hacer alguna excepción y organizar celebraciones para captar nuevos/as incautos/as a los que acosar con una nueva retahíla de cursillos, pero que al margen de estos actos de captación de claro sesgo comercial y de marketing, son asociaciones que solo priman y “ordenan” -ascienden- a los/as becarios/as que hayan pasado -pagado- el corte.
El Camino Iniciático no tiene precio y esto no es un eslogan sino un hecho, y quienes lo sigan deben tener la tranquilidad de saberse verdaderamente especiales y escogidos/as por los/as Dioses/as para encontrarse a sí mismos/as e intermediar ante el ser humano sin plazos ni a cuotas fijas, sino durante el resto de sus vidas.
La Iniciación es una transmisión que se entrega sin más coste que el esfuerzo físico, mental y espiritual de quien la da si lo cree oportuno y de quien la reciba si es merecedor/a de ello. No hay precio que pueda comprarla ni maestro/a digno/a de tal nombre si dice venderla. Y por supuesto no hay enseñanza iniciática que vendida, valga más que el papel en la que esté escrita.
Debemos dejar claro que la enseñanza para la iniciación, la iniciación, la enseñanza de los siguientes grados y la iniciación en los siguientes grados, así como los ritos y formulas son en todo momento gratuitas en el sentido económico del término. Por lo que aquellos grupos que cobren por ello, que pidan dinero por enseñar y reconocer bautismos, bendiciones, iniciaciones, etc., están engañando a la gente y traicionando al Arte, con las consecuencias que tarde o temprano habrá de devolverles el destino que han provocado.
De entrada conseguirán -han conseguido- el desprecio absoluto, a todos los efectos, de los Cultos Paganos que con tanto esfuerzo hemos alcanzado o estamos en ello, nuestro reconocimiento y solvencia religiosa.
Fernando González Silva
Fuerteventura, 20 de Diciembre de 2012