lunes, 11 de noviembre de 2013

Limpiezas Energéticas para casas y negocios



limpiezas_casa_negocios


Normalmente cuando buscamos en Internet formas de limpiar nuestras casas y negocios de energías negativas, nos encontramos con multitud de consejos, a cada cual más complicado y difícil. Ese es uno de los motivos para traer a este blog y a todos los lectores una forma sencilla y práctica de realizar dicha limpieza.

Antes de realizar la limpieza energética, limpiar (del modo tradicional) a fondo el lugar.
Echar un chorrito de vinagre al agua para limpiar el piso.
Es importante tener una actitud mental positiva.
Pedir ayuda guía y protección, sea cual sea tu creencia.
Si es posible tener ventanas abiertas.
Poner música relajante, ya sea de mantras, ángeles o sonidos naturales.
Comenzar a humear con incienso desde el fondo pasando con el incienso por todas las habitaciones de casa en dirección hacia la puerta principal.
Se finaliza encendiendo una vela blanca y realizando una pequeña oración de agradecimiento. No es necesario que sea un velón, una simple vela blanca vale. Por supuesto, no dejar encendida la vela sin la presencia de nadie. Si debemos salir la apagamos sin problema y la encenderemos cuando volvamos.
Este proceso se puede realizar en viviendas una vez cada seis meses y en negocios donde la afluencia de personas es mayor una vez al mes es suficiente.
Por supuesto, el ingrediente principal para todo este proceso no es el vinagre, ni el incienso, sino el cariño y el amor que tenemos y debemos desprender al realizar este simple pero potente ritual. Llena todas las dependencias de tu negocio o tu casa de mucho amor.
Fernando González Silva
Fuerteventura, 10 de Noviembre de 2013

domingo, 16 de junio de 2013

La Santa Compaña, Leyendas de Galicia



santa_compaña


Santa Compaña, según la leyenda difundida en Galicia (España), probablemente de origen celta, nombre que recibe un cortejo de fantasmas, cada uno de los cuales lleva una tea en su mano. Algunos creen que al frente del cortejo va un fantasma mayor llamado Estadea. Son los espectros de los muertos que, a las doce de la noche o, en casos extraordinarios, a mediodía, se reúnen a la puerta de la iglesia para iniciar su recorrido. Llevan un acompañante vivo, hombre o mujer, que sostiene una cruz y un caldero de agua bendita con su hisopo. Cuando en el camino aparece otro ser vivo, el acompañante le entrega la cruz y el caldero y, de ese modo, consigue librarse de la Santa Compaña. Se dice que ésta sale a visitar a los vivos y les anuncia que les llegará la muerte al cabo de un año. La muerte depende del azar, parece decir la leyenda al plantear la posibilidad de que uno se libere entregando los objetos rituales a otro.

Existe la creencia muy generalizada de que la muerte no es sino el simple tránsito del mundo de los vivos al mundo de los muertos, y de que unos y otros mantienen una frecuente relación de ayuda mutua: los muertos ayudando a los vivos en sus dificultades en la vida, y los vivos ayudando a los muertos en su difícil tránsito por el más allá.
Esto se ha concretado en Galicia en una serie de rituales y tradiciones que han perdurado hasta nuestros días, a pesar de que sus raíces se hunden en la noche silenciosa del mundo celta. Yo aún pude escuchar alguna de ellas a la lumbre del viejo hogar campesino, donde todos, imbuidos de ese miedo y respeto que provoca lo mágico, hablan de los muertos, siempre presentes en su vida y en los caminos de sus aldeas, hablan de la temible “COMPAÑA”.
Como “cosas que ocurren en la noche”, se reconocen una serie de fenómenos para-normales englobados en el término “LA COMPAÑA”, y que generalmente son procesiones de difuntos de rostros espectrales, que recorren los caminos vestidos de blanco sudario para anunciar a los vivos una muerte cercana, o bien para hacer a los desafortunados que se encuentran con ella víctimas de sus iras. Por eso, en distintas partes de Galicia se habla de una “Compaña de Satanás” y una “Santa Compaña de Dios”.
Con el nombre de “Estadea” o “Estantigua” se describe una procesión de almas en pena que, procedentes del purgatorio y capitaneados por el Diablo, marchan arrastrando cadenas por los caminos nocturnos, y que se aparecen a los vivos para hacerles víctimas de sus iras. Si uno tiene la desgracia de encontrarse con la “Estadea”, debe huir rápidamente o arrojarse al suelo con los brazos en cruz, pues si no, los muertos, rondándole, le preguntarán: “¿Por el aire o por el suelo?”. Y, según lo que elija, le arrastrarán por espinos o pedregales o le harán volar por el aire para dejarle maltrecho en algún lugar alejado de su casa.
La Compaña de Dios o “Santa Compaña” es conocida también por otros nombres, como “As da Noite”  o “La Pelegrina” , y es una procesión de ánimas que envía Dios para anunciar a los vivos la llegada próxima de la muerte. Se presenta a los ojos del vidente como una procesión de espectros que parecen no tocar el suelo al caminar y que van vestidos de blanco sudario; portan velas o hachones encendidos y hacen que se escuchen fantasmagóricos sonidos de rezos y campanillas. Portan un ataúd donde figura la imagen del futuro difunto. Salen generalmente del cementerio o de la iglesia conducidos por uno o varios párrocos ya fallecidos y se dirigen a casa del futuro muerto. Es una imagen astral del futuro entierro.
En otras versiones, es una procesión de difuntos, todos ellos conocidos o vecinos ya fallecidos del futuro muerto, y que vienen a su casa para anunciarle el fin de su vida. Otras veces es el desafortunado vidente el que, tras el fatal encuentro, comenzará a decaer y a enfermar hasta su muerte.
Si uno tiene un encuentro con la Compaña, jamás debe aceptar nada que esta le ofrezca, pues si por descuido uno de los muertos le pone en la mano un hachón o una vela, el desgraciado verá con horror como esta se convertirá en su mano en un hueso de difunto, y quedará obligado a guiar a la “Santa Compaña” todas las noches para anunciar sus fatales llamadas, pues delante de la Compaña, siempre va un vivo que la guía. Este hombre es conocido como el “HOME DO OSO” , y cada vez que sale la “COMPAÑA”, lo primero que hará será ir a buscarle para que le guíe hasta la casa del futuro difunto. El infeliz solo podrá verse libre de tan duro trabajo cuando logre endosar a otro vivo el hueso, quien pasará entonces a ser el nuevo “HOME DO OSO”. En las aldeas gallegas, cuando alguien estaba demasiado pálido o decaído sin causa aparente, se decía que tenía la “Enfermedad do Oso” o que “andaba con la Compaña”.
En otras zonas el fenómeno se conoce con el nombre de “visión”, y en ella el vidente lo que observa es una representación anticipada del entierro del futuro difunto. Allí ve al cura y a todos los que realmente participarán en el entierro. Verá los lugares por donde este pasará y podrá ver a los vivos que asistirán al mismo. En otras ocasiones, la Compaña solo anuncia su paso con ruidos extraños, sonidos de campanillas o rezos, pero entonces el que lo escucha sabe que alguien cercano va a morir, o tal vez, piensa, él mismo.
Los encuentros con la Compaña siempre son nocturnos, pues aseguran que esta solamente sale de noche, a no ser que por una urgencia deba hacerlo durante el día; pero en tales circunstancias nadie puede verlos salvo los gallos, que cantan a su paso sin descanso.
El gran teósofo español Mario Roso de Luna, en su libro “ El tesoro de los lagos de Somiedo”, habla de la identidad de La Santa Compaña gallega con la “Huestia”  asturiana, y nos dice el insigne filósofo que cuando alguien va a morir, desde lo astral, son aquellos amigos y conocidos ya fallecidos del futuro difunto los que, siguiendo las divinas leyes de la armonía universal, vienen a recibir y a guiar a aquel que va a cruzar las oscuras y difíciles aguas que separan las dos orillas.
Todas estas tradiciones, que aún se pueden recoger pueblo a pueblo por todos los caminos de Galicia, son un verdadero patrimonio de nuestra cultura espiritual. Porque el alma de un pueblo descansa sobre sus más sagradas tradiciones, al igual que el viento del norte pasa acariciando las hojas de los pinos, surgiendo de ello himnos de ininteligible magia y verdad.
Dicen algunos ancianos que con ellos desaparecerá la Compaña, pues hoy ya casi nadie cree en estas cosas. Aunque a mí siempre me quedará la duda de si esa falta de fe no es la terrible ceguera espiritual que el mundo moderno ha provocado en nosotros.
Fernando González Silva
Fuerteventura, 16 de Junio de 2013

jueves, 13 de junio de 2013

Los usos mágicos de la sal




magia_sal 



En este nuevo post nos ocupamos de la Sal y de sus usos mágicos, unos remedios naturales sencillos sin grandes rituales y muy barato. ¿Quién no tiene en casa sal?
El Agua y la Sal. Dos formas diferentes de cristales: el uno, sólido y el otro, líquido. El agua, elemento purificador por naturaleza, y además, podemos programarla… La sal es un cristal y por lo tanto emite ondas electromagnéticas que pueden ser medidas por los radiestesistas.

Las energías densas tienden a concentrarse en los rincones de la casa, así que, poner un vaso de agua con sal gruesa o sal de mesa, equilibra estas fuerzas y deja la casa más “liviana”. Para lugares normales, como de una casa, donde no hay mucha gente circulando, un vaso de agua con sal en las dos esquinas es suficiente. En dos o tres días, ya se percibe la diferencia. Cuando se forman burbujas es el momento de renovar la salmuera.

Una solución de agua y sal también es capaz de disipar de iones positivos, es decir, las partículas de energía eléctrica de la atmósfera, y reequilibra la energía de los ambientes. Sobre todo en interiores, oscuros o justo antes de una tormenta, estos iones tienen efecto intensificador y pueden causar tensión e irritación. Ahora se pueden conseguir las lámparas de cristal de sal. Su función es equilibrar el exceso de iones positivos perjudiciales para la salud gracias a la presencia del yodo salino que enriquece el ambiente con iones negativos. Se trata de un ionizador natural que absorbe el exceso de ondas electromagnéticas emitidas por los televisores y los electrodomésticos en general y ayuda a crear una atmósfera sana.

Los chamanes siberianos echaban puñados de sal al aire para que cayera sobre sus cabezas y les limpiara. Abrían sus bocas para degustar la sal ya que así se purificaban internamente.
Ya está considerada oro blanco (salmuera para conservar los alimentos).
La simple purificación con agua y sal, nos ayuda a descargar los ambientes, DESPUÉS DE DISCUSIONES, o por la noche, en la habitación PARA QUE EL SUEÑO SEA MAS TRANQUILO.

La gente ha estado desarrollando técnicas para utilizar la sal, como se describe a continuación:
Una pizca de sal sobre los hombros aleja la ENVIDIA.
Para protegerse del MAL DE OJO o evitar las VISITAS NO DESEADAS, algunos suelen poner una línea de sal en la puerta o una taza de salmuera a la izquierda de la entrada.
La mezcla de sal con agua o alcohol absorbe todo lo malo que hay en el aire, ayuda a PURIFICAR y evita que la envidia, el mal de ojo y otros sentimientos inferiores entren en la casa.
Cuando acostumbramos a tener AMATISTAS, CUARZO, U OTRAS PIEDRAS, es bueno cada tanto DESCARGARLAS bajo el chorro de agua, fregándolas con sal gruesa
Después de un día de esos que la mala vibra estuvo dando vueltas, nada mejor que UN BAÑO DE INMERSIÓN de unos 5 minutos, con unas cucharadas de sal gruesa, si hay sal marina, mejor.
Si te ha gustado, puedes compartir.
Muchas Gracias. 
Fernando González Silva
Fuerteventura, 13 de Junio de 2013

martes, 21 de mayo de 2013

Ejercicios para equilibrar los Chakras



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En el día a día nos encontramos con multitud de situaciones que nos crean tensiones, stress y desequilibrios. En el cuerpo humano hay distribuidos docenas de chakras, pero los principales corren a lo largo de la columna vertebral y regulan sus estados de energía. Estos chakras tienen colores diferentes dependiendo de su ubicación y siempre están girando. Son el apoyo a sus funciones corporales. Sin embargo, las enfermedades y las emociones negativas pueden bloquear la energía que fluye libremente de los chakras, causando más enfermedades o emociones negativas. La adopción de una práctica regular para equilibrar sus chakras le ayuda a cuidar su cuerpo y sus emociones.


Por eso traemos al blog dos de los más populares métodos para armonizar los centros energéticos. El primero el método de Deepak Chopra y el segundo el de Osho.
A continuación ponemos los enlaces así como un vídeo para saber que chakra tienes que equilibras por si tienes otros métodos y prefieres algo más concreto.


EJERCICIO 1 –  Deepak Chopra nos brinda un forma sencilla y rápida de equilibrar los chakras. Con éste ejercicio podemos equilibrar los chakras en apenas 3 minutos. Lo único que tenemos que tenemos que saber bien, es donde está ubicado cada chakra, de qué color es y cuál es su mantra. Busquen una foto imagen de los chakras con sus colores y anoten en la misma los mantras. Aquí  les dejo el video de Deppak Chopra como hacer este ejercicio.


http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=y4s0M0wqqag


EJERCICIO 2 – Meditación para equilibrar los chakras con sonidos por Osho.
Sentarse cómodamente, o acostarse si se prefiere. Mantenga la espalda recta y el cuerpo suelto. Respirar con el abdominal. Los sonidos se deben hacer abriendo la boca y dejando la mandíbula floja, manteniendo la boca abierta todo el tiempo. Cierra los ojos y escucha la música, si se quiere, empezar a hacer sonidos en el primer chakra.
Usted puede hacer un solo tono o puede variar el tono. Deje que la música lo guíe, sin embargo, puede ser creativo con sus propios sonidos. Mientras escucha el sonido de la música o los sonidos que hacen, se sienten los sonidos pulsantes en el centro mismo de su chacra, aunque parece ser la imaginación al principio.
Osho ha sugerido que podemos usar la imaginación en “Estar al tanto de algo que ya está ahí”. Así que sigue haciendo la meditación, incluso si se siente como usted puede imaginar los chakras. Con el conocimiento de su imaginación puede dar lugar a una experiencia de las vibraciones internas de cada centro. Después de hacer los sonidos en el primer chakra, escuchará los tonos de cambio a un tono más alto – esta es la indicación de escuchar y sentir los sonidos en el segundo chakra. Si lo desea, puede seguir haciendo sonidos también. Este proceso se repite hasta el final hasta el séptimo chakra.

A medida que avanza de chacra en chacra, los sonidos se vuelven más altos. Después de escuchar y hacer los sonidos en el séptimo chakra, los tonos descienden de uno en uno a través de todos los chakras. Al escuchar los tonos bajando y hacer los sonidos de cada chakra siente el interior de su cuerpo cada vez hueca como una flauta de bambú, lo que permite a los sonidos que resuenen desde la parte superior de la cabeza hasta la base misma de su tronco. Al final de la secuencia, se escucha una pausa antes de que comience la secuencia siguiente. Este movimiento ascendente y descendente del sonido se repetirá tres veces para un total de aproximadamente 45 minutos.

Después de que se haya familiarizado con la meditación, puede añadir otra dimensión a través de la visualización. Esté abierto a permitir las imágenes visuales que aparecen en su imaginación a medida que se centran en cada chakra. No hay necesidad de crear imágenes. Las imágenes pueden ser de colores, modelos o escenas de la naturaleza. Lo que viene a su conciencia puede ser visual, o puede ser más natural para que usted tenga un pensamiento en lugar de una imagen visual. Por ejemplo, usted puede pensar en el “oro” o usted puede ver el color en su imaginación.


link: http://www.youtube.com/watch?v=m5RfVDBJwHo


Ejercicios para saber que chackra tenemos que equilibrar




Fernando González Silva

Fuerteventura, 21 de Mayo de 2013

lunes, 22 de abril de 2013

Aprender a tirar el Tarot o las Cartas

aprender_tarot

En esta ocasión nos ocupamos en cienciasocultasymas.blogspot.com de unos conceptos básicos para las personas que deseen acercarse al maravilloso mundo del Tarot y sus Misterios.El Tarot es conocimiento esotérico más exotérico. Al primero, lo “esotérico” lo emparentamos con el intuitivo, el conocimiento que no necesita de la razón sino de la “sensación”, este último término empleado en el sentido no fisiológico sino vivencial. Al segundo, en cambio, lo identificamos con aquello que es transmisible, verbalizable, razonable. Este último es el que se transmite en las aulas o, en este caso, a través de lecciones escritas y apuntes. El primero se acerca a la experiencia. Y en Tarot es igualmente negativo darle más valor a uno que al otro. Tanto se equivoca quien, aduciendo profundas intuiciones, desprecia el conocimiento enciclopédico o analítico, como quien se casa “con su librito “haciendo oídos sordos a lo que le dicta su percepción extrasensorial, aunque esos oídos sean los del espíritu. Porque la verdadera intuición nunca contradice a la razón, sino que ambas se complementan entre sí. De forma tal que interpretar una tirada de Tarot –conocemos unos cuantos casos de esos– ignorando el contenido analítico de lo simbólico porque su “intuición es infalible” es tan suicida como limitarse a aplicar dócilmente la letra escrita censurando las vocecitas interiores. El Esoterismo es, ante todo, equilibrio. Y también entre el conocimiento interior y el exterior.

Pongámoslo de otra forma. Si yo aplico literalmente lo que enseñan mis apuntes (con desprecio de lo que “siento “que las cartas me dicen), mi interpretación necesariamente ha de ser incompleta. Si digo lo que me “parece” que las cartas “me” dicen (ignorando olímpicamente el valor y significado que eruditos le han dado a través de los siglos) es muy posible que me equivoque brutalmente. Sólo buscando el punto de inflexión entre ambas lecturas haré de mi interpretación algo coherente.
-Práctica, práctica y más práctica. Aun equivocándose y “metiendo la pata”las veces que sea necesario, es como se mejora la sensibilidad en esto de echar el Tarot. No tema equivocarse groseramente muchas veces: sin duda lo hará. Pero mucho menos permítase desalentarse por eso, ya que es la única condición –el viejo método del ensayo y el error– de perfeccionarse de cara al futuro. Tirar el Tarot es como andar en bicicleta: ¿ustedes conocen a alguien que, sabiendo andar en bicicleta, lo haya aprendido sin caerse más de una vez?
- Tómese el Tarot en serio. No lo rebaje a un frívolo juego de salón para entretener damas aburridas en reuniones de sábados lluviosos. Trátelo con el respeto que se da al conocimiento milenario: esa actitud, no necesariamente devocional pero sí respetuosa, calibra mejor su percepción extrasensorial, porque no de otra cosa estamos hablando.
- Tal vez el aspecto más difícil en el aprendizaje del Tarot, frente al cual muchos claudican fácilmente, es lo que yo llamo aprender a “enhebrar “las cartas, esto es, a leer “de corrido” y con sentido una carta tras otra. Necesariamente, en el principio usted sumará conceptualmente significado más significado, pero lo que le da trascendencia a la tirada es la lectura global y coherente que pueda construir. Otra vez, no hay fórmulas secretas para esto: sólo es cuestión de práctica.
La “adivinación” a través de las cartas no es un proceso incognoscible. Las cartas por sí mismas nunca “dicen” nada, en el sentido de “dictarnos” algún conocimiento. Son, a los efectos prácticos, trozos de cartón pintado. Es el agrupamiento de símbolos que encierran lo que dispara algo en nosotros. Pues son cada uno de sus personajes, eventos y situaciones descriptos tanto en arcanos mayores como menores, los que nos remiten a sucesivos arquetipos del Inconsciente. Es decir, entelequias psicológicas que, en la memoria racial y colectiva, codifican determinadas respuestas asociables a determinados estímulos.
Baste reseñar para el lego que un arquetipo es como el ladrillo psíquico de nuestra personalidad, pero un ladrillo que no pertenece a la superestructura levantada a lo largo de nuestra vida en función de las vivencias, sino que forma parte del fundamento basal del edificio de nuestra vida. A través de los siglos y los milenios, la repetición en el plano individual y colectivo de determinadas experiencias críticas ha marcado a fuego la genética de nuestra especie, y esos “recuerdos ancestrales”, transmitiéndose de generación en generación (especialmente cuando son olvidados o soterrados por la cultura imperante) aflorando como símbolos y signos que de lo colectivo, lo mitológico, se reflejan en el macrocosmos de nuestras experiencias cotidianas.
El Arlequín, Bufón o Loco, aquel que transgrede el “establishment”, destructivo en su irresponsabilidad pero motivador en sus pasiones; el Sabio, que avanza lenta y serenamente detrás de objetivos claros, apoyándose en el cayado de las experiencias e iluminando su camino con la luz de la Razón; la Rueda de la Fortuna, repitiendo los ciclos del ser a través de los tiempos; el sufrimiento expiatorio del Ahorcado; la Luna, expresando la consciencia sólo como un reflejo del inconsciente, todos símbolos emblemáticos, profundos en sabiduría, que encierran, en conjunto, las claves de nuestra naturaleza mortal.
De forma tal que las figuras que nos muestran las cartas no son el aleatorio producto de una mente desequilibrada o el afán iluminista de algún mercachifle de la alta Edad Media.
Sus figuras, sus colores, cada uno de sus, en ocasiones, insólitos elementos asociados (las letras en el Carro, el número preciso de “lágrimas” que derrama el Sol o el pequeño pájaro negro a un costado de la Estrella, así como el Diablo sacando la lengua o tomando una espada sin empuñadura) tienen una interpretación precisa. Y, evocativamente, su contemplación meditativa (¿qué otra cosa hacemos cuando, con un cierto vacío expectante en nuestro tórax, observamos en silencio las cartas tratando de encontrar una respuesta a nuestras preguntas?) actúa en nuestro inconsciente, porque, precisamente, en nuestro inconsciente encuentra un eco, que es como decir, el retorno a la fuente de sus orígenes:
el arquetipo dibujado en la carta no es más que, después de todo, un reflejo degradado del Arquetipo que duerme en las sombras de los lejanos recovecos de nuestra psiquis más profunda. Parapsicológica, es decir, la capacidad innata, latente en todos y cada uno de nosotros, de producir, voluntaria o involuntariamente, fenómenos parapsicológicos. Y esa asociación de ideas, de imágenes, esa correspondencia psicoide entre el dibujo en el mundo material y la pulsión despertada en lo mental detona esa Potencialidad.
Y en esa circunstancia y ese contexto, afloran ciertos fenómenos parapsicológicos.
Como el de la clarividencia, el conocimiento sin el uso de los sentidos físicos, de información en tiempo presente. Y le contamos al consultante “la otra historia” de su realidad, hoy.
O cuando esa clarividencia se ambienta en tiempos pasados (retrocognición o postcognición) o futuros (premonición o precognición) y hablamos de lo que ha sucedido (y nadie ha venido a contárnoslo) o lo que podrá suceder –obsérvese, ya veremos porqué, que he escrito “podrá suceder”y no “sucederá”– en el futuro.
Pero también es posible que, en ese instante de recogimiento, una misma imagen mental esté presente en dos psiquis simultáneamente; la del consultante y la mía, y hablaré, entonces de telepatía.
Para, finalmente, no olvidar que si en Parapsicología llamamos psicoquinesia a las “modificaciones que el psiquismo hace en un sistema físico en evolución” todo el proceso de barajado de las cartas conforma un sistema cerrado en evolución, y nuestra acción, inconsciente, puede canalizar una psicoquinesia que haga que, después de todo, no sea tan “azarosa”la disposición final de esas cartas.
Por supuesto, es posible que algún lector cuestione la validez de los fenómenos parapsicológicos aquí mencionados. Si es así, lo siento; tal ignorancia (no lo digo en un sentido ofensivo, sino en el estricto del diccionario) es problema suyo, no mío.
El segundo aspecto digno de ser considerado tiene que ver con lo que podemos esperar del Tarot. Soy consciente de que pocas, muy pocas personas, acuden al mismo con la actitud espiritual e intelectual menester, esto es, haciendo de la entrevista una forma de adoptar, con tiempo, actitudes y caminos constructivos ante la vida, manteniendo en claro su discernimiento del absoluto libre albedrío que le compete con respecto a su futuro. Muchos son los que acuden al Tarot como último, desesperado intento de salvarse en la tormenta en que están naufragando sus vidas. Muchos, también, creen que las cartas reflejan un destino inexorable del que nadie, ni tirios ni troyanos, puede escapar. Y esbozar algunos razonamientos respecto a qué podemos esperar (y qué no) del Tarot es tan importante como aprender a echar correctamente las cartas.
Es tan vieja como la humanidad misma la discusión respecto a si existe el libre albedrío, si cada ser humano se encuentra frente al futuro como ante una página en blanco, o si todo está inexorablemente escrito en ella: la voluntad de elegir frente al determinismo tiene tantos adeptos como detractores. Y un ejercicio del razonamiento nos enfrenta a algunas paradojas: mientras por un lado yo puedo elegir entre, por ejemplo, seguir escribiendo estas líneas o detenerme e ir a prepararme un café (a propósito, es una buena idea; ya regreso) ...
... lo cual alentaría la ilusión de que soy dueño del destino, no he podido elegir en mi vida, por caso, cuándo nacer, dónde hacerlo, en el seno de qué familia. Esto es parte de mi historia, que no es más que destino corriendo en un sentido negativo. Podemos ir más allá y preguntarnos hasta qué punto lo que llamamos “libre elección “es tal, como en el caso de optar entre el bien y el mal en mi conducta. Si he crecido en un marco de buenos ejemplos familiares o sociales, donde frecuentemente he visto en mí o en otros las favorables consecuencias de la honestidad y el recto accionar, o por el contrario mi infancia y adolescencia han transcurrido en un barrio donde los malos hábitos, la infidelidad, la mentira eran moneda corriente, con el concepto de obtener pequeñas y cotidianas ventajas de cada desliz hecho con astucia; ¿puede ser entonces realmente tan libre mi elección?
Con razón Smiles escribió: “mucha gente no delinque no por virtud, sino por el temor de ser descubierta”. Yo, mucho antes de saber siquiera que este caballero existía, escribí alguna vez: “mucha gente es buena porque no tiene el coraje de ser mala y arriesgarse a las consecuencias.”
Creo, de todas formas, que el estudio del Esoterismo, como en tantos otros ámbitos, arroja un poco de luz sobre esta cuestión: existe tanto el determinismo como el libre albedrío. Hay cosas que podemos elegir, y otras en las cuales sólo matizar sus efectos.
Para describirlo gráficamente, mi vida es como una barca navegando por el río. Puedo dejarme arrastrar por la corriente (quizás velozmente a destino, quizás contra unas rocas que asoman) o puedo, a fuerza de remo y transpiración, acercarme a una orilla, a otra, anclar en el medio o remar contra corriente. Pero este es el río de mi vida, y dentro de él, y sólo de él, me desenvuelvo. Sostengo que el Tarot no muestra el futuro, sino hacia dónde llevan al consultante las tendencias dominantes, que es lo mismo que decir qué ha de ocurrir (agradable o desagradable) si él no hace nada por evitarlo. El viejo ejemplo: un señor, la noche antes de volar de Washington a Londres, sueña que su avión cae a poco de despegar y él fallece. A la mañana, asustado, cancela su reserva. El avión despega y cae. Todos mueren, menos él, que se quedó en su hotel.
¿Hubo o no hubo determinismo?. Depende de la lectura. No lo hubo cuando atendemos al hecho de que el soñante no murió como su premonición parecía indicarle. Sí la hubo, para los demás. Y esto transforma al Tarot en un arma formidable para construir nuestras vidas: no, como dicen sus detractores (ninguno de los cuales, creo, se dedicó algún tiempo a estudiarlo) un entretenimiento para espíritus débiles ansiosos de una guía paternalista que les ayude a superar su ansiedad frente a lo desconocido, no. Porque al Tarot, como filosofía esotérica que es, poco le interesa si su marido le engaña con la rubia del edificio contiguo, o si su jefe le sonríe en estos días porque en secreto paladea el momento de anunciarle que por ahora (y unos cuantos años más) sus servicios son prescindibles; o si su suegra es la bruja maléfica que todos sabemos. Esas necesidades urgentes de todos los días le son indiferentes a una disciplina para la cual lo único significativo es su crecimiento espiritual. Pero así como usted no tendrá mucho ánimo de hablar de cosas espirituales si se encuentra con graves problemas, la filosofía subyacente al Tarot es pragmática: sólo a través de superar sus obstáculos cotidianos tendrá usted tiempo –y ganas– de preguntarse por las cosas del espíritu. Y si llegado el momento (y dadas las condiciones) no lo hace, problema suyo, amigo o amiga mía: su karma tomará debida nota de ello. Porque una persona que ignore los fundamentos espirituales de nuestra vida cotidiana, o que asfixiada por las angustias de todos los días no pueda reparar en esos mecanismos, es digna de consideración y de ayuda. Pero una persona que, habiendo tenido la oportunidad, desprecia (¿debería quizás haber escrito de-precia?) tales asuntos, es absolutamente responsable de las consecuencias, y a llorar a la iglesia más cercana.
Por eso es necesario aclararle al consultante que, en el caso de aparecer una mala noticia, esto no es necesariamente lo que, sí o sí, ha de ocurrir, sino lo que ha de ocurrir si no se hace a tiempo lo necesario para evitarlo. Y por ello, también, toda entrevista de Tarot debe profundizar las “alternativas” o “situaciones bisagra” que pongan en manos del consultante la decisión de qué caminos tomar. Pues el Tarot es un semáforo que nos advierte que debemos frenar antes del próximo cruce, porque existe el riesgo de un accidente. Si hacemos caso omiso del semáforo y apretamos el acelerador a fondo justo cuando está llegando un camión al cruce por nuestra derecha y no lo vemos, la responsabilidad de las consecuencias (¿adivinen qué?) es nuestra.
Por la misma razón, creo que toda mala noticia que aparezca expresada en los símbolos de las cartas debe ser dicha al consultante pues, si por prurito no lo hacemos, le quitamos de las manos la única posibilidad que tenía de hacer algo para evitarlo.
Finalmente, no creo que la razón de ser de una entrevista de Tarot sea deslumbrar a nuestro consultante con nuestras capacidades, la exactitud de nuestros aciertos o cómo somos capaces de saber de él lo que él ya sabía (una verdadera pérdida de tiempo y dinero, debo decir). Mucho menos, valernos de ello para inspirar una actitud reverencial en el consultante hacia nosotros, aconsejándole qué debe hacer, cuándo y cómo. Que hayamos desarrollado nuestras percepciones para profundizar intuitivamente en una situación no es sinónimo de que hayamos ampliado nuestro sentido común para recomendar qué hacer, especialmente cuando uno descubre que un consejo es lo que uno haría de estar en esa circunstancia, pero ocurre que uno no es el consultante ni está en su circunstancia. Sí, en todo caso, ampliar su cosmovisión de la situación, enriquecer su evaluación con información accesoria, ayudarle a distinguir lo importante de lo urgente (ya que no son sinónimos) e, indirectamente, alimentar en él el sentimiento de que existen maneras correctas de ser y de hacer las cosas, aun cuando todo parece derrumbarse a nuestro alrededor. Si usted descubre cómo el Tarot le ayuda a lograr esto, ¿no cree que es quizás más de lo que pueden prometerle las pitonisas de avisos clasificados?.
Un comentario final, que tiene que ver con el grado de aciertos esperable. El Tarot es un arte, no una ciencia, y menos exacta. Depende de muchos (e imponderables) factores: astrológicos, de salud física y mental, de “feeling” con quien viene a consulta, de lo que cenamos anoche... El porcentaje de aciertos ha de ser alto, pero nunca es total. Desconfíe, entonces, de quienes se autopromocionan como infalibles, y tampoco sea demasiado cruel con su buena tarotista que alguna vez erró un pronóstico, aunque ese error le haya costado a usted algunos euros (o dólares, o lo que fuere) en la consulta: los metereólogos se equivocan más, y los llaman científicos. Y, cada año, en cada país, con fondos privados o públicos, se invierten millones de euros en “encuestas de opinión” que entre gráficos y estadísticas pronostican desde un resultado electoral hasta la evolución macroeconómica... con la misma habilidad con que después explican por qué sus resultados no se cumplieron. Y todos contentos.
Fernando González Silva
Vigo, 21 de Abril 2005