miércoles, 30 de diciembre de 2009

Siete Reglas de Paracelso

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Para avanzar hacia el Futuro, en ocasiones debemos volver al Pasado. En este caso, volvamos la vista atrás y aprendamos algo de las enseñanzas de Paracelso, que allá por el 1.500 escribía estas magistrales leyes, que todavía hoy siguen absolutamente en vigor y que nos vienen como anillo al dedo en estos tiempos que corren.


Siete Reglas de Paracelso

1.- Lo primero es mejorar la salud.-
Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un habito que debes a tu propia dignidad.

2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por mas motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza.
Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.

3.- Haz todo el bien posible.
Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.

4.- Hay que olvidar toda ofensa, más aun: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo.
Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en si, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.

5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada.
Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiara en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el daimon de que habla Sócrates.

6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales.
Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.

7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto.
Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; Puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es el egoísmo.
Jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como de la vanidad. La humildad te sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos: pecado mortal contra el Espíritu Santo.
Gracias Paracelso por estas bellas y sabias palabras.
Fuerteventura 30-12-2009

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Santo Sudario de Oviedo II

sudario-oviedo












En la Catedral de Oviedo (capital del Principado de Asturias. España) se venera, desde la época medieval un lienzo de lino que, según la tradición, fue colocado sobre el rostro de Jesucristo en el descendimiento de la cruz y hasta su definitivo entierro.El Santo Sudario de Oviedo es una tela blanca en origen, de lino, con textura tafetán manchada, sucia y arrugada. Tiene forma rectangular, aunque con alguna irregularidad, y mide 83 por 53 centímetros aproximadamente. Presenta numerosísimas manchas de diversos tonos, de color fundamentalmente marrón claro. Se le denomina tradicionalmente "Santo Sudario" o "Santo Rostro" a pesar de que en él no se puede apreciar rostro alguno.

¿QUÉ AFIRMA LA TRADICIÓN SOBRE EL SUDARIO?
En los primeros años del cristianismo, se veneraron en JERUSALÉN una serie de reliquias de Jesús y de Sta. María, que los apóstoles habrían guardado en un arca de cedro.
Ante la invasión de los Persas, mandados por Cosroes II, en el 614, se hizo necesario ponerlas a salvo. El presbítero Filipo fue el encargado de llevar hasta ALEJANDRÍA el arca con las reliquias.
El empuje de los persas en África dio lugar a nuevos traslados, y, a través de ellos, terminó llegando a España. El obispo de Ecija, S. Fulgencio, acogió a los huidos, que llegaron a la península por CARTAGENA, y puso en manos de S. Leandro, obispo de SEVILLA -su superior y hermano- el "Arca Santa". Es bien conocido que S. Isidoro sucedió en la sede hispalense a Leandro y fue maestro de S. Ildefonso. Cuando este último fue nombrado obispo de TOLEDO llevó consigo a la capital del reino Hispano-Visigodo el arca de las reliquias.
El Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia de la misma en los primeros años del S.VII.
En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca -de roble- sale de Toledo en dirección al norte, esta vez coincidiendo prácticamente su traslado con la invasión musulmana y llegando a ASTURIAS - según diversos autores- entre el 812 y el 842.
Para albergar tal tesoro, Alfonso II el Casto mandó construir la llamada "Cámara Santa", que inicialmente sería la capilla de su palacio, y que hoy se halla incorporada a la Catedral gótica que se edificó posteriormente. Desde ese momento la denominada "Arca Santa" y su contenido han recibido la veneración constante de los asturianos, a pesar de las diversas vicisitudes históricas.
SU PRESENCIA EN OVIEDO
Que el Sudario está en Oviedo desde muy antiguo es algo indiscutible. En 1075, con ocasión de la visita del Rey Alfonso VI se procedió a la apertura del Arca y la realización de un inventario de los distintos objetos guardados en ella. El monarca ordenó que se la recubriera de plata como homenaje a su precioso contenido. En el recubrimiento del Arca Santa podemos leer la fecha de su realización(el año 1113) y la relación del contenido que atesoraba. Se menciona expresamente "el Santo Sudario de N. S. J. C.". Desde ese momento son constantes las referencias documentales al Sudario, puesto que se hicieron diversos inventarios.
No hay circunstancia alguna que permita dudar de la permanencia ininterrumpida de la reliquia en Asturias. Aunque en la actualidad no es excesivo el conocimiento que se tiene de ella entre la población española, esta situación es radicalmente distinta a la de tiempos pasados. Su fama llegó a ser tal durante la Edad Media que, a pesar de la dificultad que suponía atravesar el macizo montañoso que separa Asturias de Castilla, muchos peregrinos se desviaban del Camino francés a Compostela para acercarse a San Salvador de Oviedo (la Catedral) y venerar el "Arca Santa" de las reliquias.
La veneración al Sudario, ha sido continua; basta recordar cómo ha llegado hasta nuestros días el insólito privilegio de dar la Bendición con el "Santo Sudario" a los fieles que llenan la Catedral en días señalados: el Viernes Santo, y en la octava del jubileo de la Santa Cruz. Sólo en estas ocasiones se puede ver el Lienzo.
¿SE USÓ UN SUDARIO EN EL ENTIERRO DE CRISTO?
En la época de Jesús un sudario era un pañolón (equivalente, aunque algo mayor a uno de nuestros pañuelos actuales) que, usado como una pequeña toalla, servía para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad. La Enciclopedia Universal Judía recoge la prescripción según la cual cuando un cadáver tenía desfigurado o mutilado el rostro era imprescindible que este fuera cubierto con un velo para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este menester el pañolón -sudario- que se tenía a mano (en ocasiones enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto aun antes del entierro.
Por otra parte, sabemos que uno de los "lienzos funerarios" empleados en enterramientos judíos es el sudario, y que cubre exclusivamente el rostro. San Juan en su evangelio menciona en dos ocasiones un sudario sobre la cabeza de un cadáver. En el relato de la resurrección de Lázaro (Jn 11,44) dice que salió el muerto "atado de pies y manos y envuelta la cabeza en un sudario" pero el texto evangélico más importante del Apostol en este punto es el Cap. XX. En sus versículos 6 y 7 distingue claramente entre los lienzos en los que fue envuelto el cadáver (entre ellos, lógicamente, la Sábana que mencionan los evangelios sinópticos) y "el sudario que había estado sobre su cabeza".
A pesar de que en francés y en español se denomina -a veces- Santo Sudario a la Síndone, sólo impropiamente se puede llamar sudario a la sábana utilizada para envolver el cuerpo entero en un enterramiento hebreo.
ESTUDIOS CIENTÍFICOS
El iniciador de los estudios científicos sobre el sudario fue Mons. Giulio Ricci (miembro de la curia vaticana y Presidente del "Centro Romano di Sindonología") quien ya lo menciona en la 2ª edición de su libro "L'UOMO DE LA SÍNDONE È GESÚ" (1969). La quinta edición de este libro amplia considerablemente su estudio. Sus aportaciones se pueden resumir en las siguientes notas:
- Compatibilidad evangélica entre la Síndone y el Santo Sudario. S. Juan habla, en el Cap. 20 de su Evangelio, de "lienzos" por una parte y de "sudario" por otra. Plantea una posibilidad nueva: que tal lienzo se hubiera usado para cubrir el rostro de Jesús desde el Gólgota al sepulcro y, una vez allí fuera colocado en un lugar.
- Estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario: Descubre que existen en ambas caras del lienzo (por haberse filtrado) dos de tamaño grande, prácticamente simétricas, y aparentemente producidas al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
- Compatibilidad entre las manchas del Sudario y el Rostro impreso en la Síndone: Comprueba que se produce una compatibilidad muy buena y numerosos detalles coinciden.
Por su parte -y a instancia de Ricci- el eminente palinólogo suizo Prof. Max Frei realizará un informe pericial tras su visita a Oviedo en 1979. Frei encontró polen de seis especies de plantas coincidentes con las halladas sobre la Síndone -dos de ellas características de Palestina-. Otros restos palinológicos se identificaron como procedentes de plantas del norte de África (que no existen en la Síndone) y observó la ausencia de especies de la zona de Turquía y resto de Europa (muy abundantes en el lienzo de Turín).
En 1985, el Dr. Baima Bollone. Realizó un estudio fotográfico (180 fotografías con luz normal y 144 con película infrarroja), se tomaron nuevas muestras con cintas adhesivas -especialmente de zonas manchadas- y se sacaron 7 cabos de hilo pequeños del interior de las manchas y 12 de los salientes de la tela para realizar un análisis hematológico. Determinó que el grupo sanguíneo era el AB.
Igualmente, en el Congreso de Siracusa se dio a conocer el estudio de Franca Pastore Trosello que comparaba la estructura textil de Síndone y Sudario. Afirma que los hilos de ambas reliquias tienen igual composición (idéntico grosor de fibras, hilado a mano y torcedura en "Z"), pero han sido tejidos de diferente manera: sarga en espiga para la Síndone y trama ortogonal (tafetán) para el Sudario.
NACE EL E.D.I.C.E.S.
Estando las cosas en este punto se constituye en Valencia el CENTRO ESPAÑOL DE SINDONOLOGÍA (C.E.S.) en 1987.
La idea concreta de la realización de un estudio interdisciplinar sobre la reliquia asturiana partió del Ingeniero D. Guillermo Heras, quien, poco tiempo después fue nombrado jefe de la sección de investigación científica del Centro Español de Sindonología, con lo que este Centro asumía plenamente el proyecto. Comienza entonces a materializarse la idea de constituir el EDICES (Equipo de Investigación del C. E. S.).
Paralelamente, y con el único apoyo gráfico de las fotografías publicadas por Ricci,el Dr. Alan D.Whanger presenta en el III Congreso Internacional de Sindonología de Bolonia (Italia), (Mayo de 1989) un estudio que incluye un apartado relativo al Sudario y afirma que ha encontrado más de cien puntos de coincidencia entre las manchas de la Síndone y ésta reliquia. El permiso oficial, a favor del Centro Español de Sindonología, para la realización coordinada de pruebas científicas sobre el Santo Sudario se otorga en sesión del Cabildo de la catedral de Oviedo el 9 de Noviembre de 1989. Miembros de nuestro Equipo de Investigación se desplazaron hasta la Capital del Principado los días 9 a 11 de Noviembre de 1989 y 16 a 18 de Febrero de 1990 con el propósito de recoger los primeros datos.
Estos primeros trabajos constituyeron la base de la ponencia presentada en las III Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa celebradas en Valencia el 25 de Marzo de 1990. Y las primeras conclusiones fueron presentadas ante un foro internacional en el Congreso de Sindonología celebrado en Cagliari (Cerdeña. Italia) el 30 de Abril del mismo año. Los ponentes fueron D. Guillermo Heras, el Dr. D. José Delfín Villalaín, y D. Jaime Izquierdo.
La ponencia del Dr. Carlo Goldoni al II Simposium Científico Internacional sobre el Lienzo de Turín -Roma. 12 de Junio de 1993- corrobora una vez más que el grupo sanguíneo más probable del Hombre del Sudario es el AB.
En Octubre de 1993 y con el título "El Santo Sudario de Oviedo" se presentó una comunicación de algunos de los aspectos más destacados de la investigación en el "II Congreso Nacional de Paleopatología" celebrado en la Facultad de Medicina de Valencia. Los firmantes fueron, junto al mencionado D. Guillermo Heras, el Dr. D. José-Delfín Villalaín, el Dr. D. José Antonio Sánchez, y D. Jorge-Manuel Rodríguez.Todos estos estudios científicos fueron expuestos el 29, 30 y 31 octubre de 1994 en el "I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE EL SUDARIO DE OVIEDO" celebrado en esa ciudad.
El libro de Actas de dicho congreso ha sido publicado recientemente. No podemos recoger en estas páginas la totalidad de los análisis realizados nos limitamos, a continuación, a recoger los resultados y conclusiones más relevantes:

CONCLUSIONES DEL ESTUDIO HEMATOLÓGICO
FORENSE REALIZADO POR EL E.D.I.C.E.S
1.- El Sudario de Oviedo es una reliquia que se venera en la Catedral de Oviedo desde muy antiguo que muestra una serie de manchas originadas por sangre humana, del grupo AB.
2.- Este lienzo está sucio, arrugado, parcialmente roto y quemado, está manchado y tiene un elevado nivel de contaminación, pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.
3.- Parece ser un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituido.
4.- El Hombre del Sudario tenía barba, bigote y pelo largo, recogido en la nuca en coleta.
5.- En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, que habían sangrado alrededor de una hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre ellas.
6.- Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
7.- Dicho sujeto era cadáver. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.
8.- El Hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Sobre el lienzo que estuvo en contacto con la cara del cadáver, aparecen numerosas manchas originadas por líquido de edema pulmonar y sangre en la proporción 6:1 producidas en momentos distintos y consecutivos.
9.- Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical, en torno a una hora, y tenía, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a la derecha en relación a la vertical.
10.- Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20 grados a la derecha y colocando ésta a 115 grados respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
11.- Posteriormente el cadáver fue movilizado al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
12.- Por último, fue colocado en decúbito supino.

HIPÓTESIS SOBRE LA COLOCACIÓN DEL SUDARIO
Teniendo en cuenta todo lo anterior y de acuerdo con los experimentos hechos en la Facultad de Medicina de Madrid, se puede establecer la siguiente hipótesis contrastada:
El Hombre del Sudario de Oviedo murió torturado, tras desarrollar un importante edema de pulmón agudo, como consecuencia de estar colgado (en posición vertical, cabeza inclinada hacia delante), sujeto por los brazos de tal manera que la sujeción permitía el juego de la articulación del codo, y los pies colocados de forma que le resultaba muy difícil apoyarse en ellos para respirar, pero sin embargo podía hacerlo. Es decir, no tenía los pies colgando, (hubiera muerto rápidamente y no le hubiera dado tiempo a generar tanto líquido como consecuencia de los esfuerzos para respirar) pero tampoco podía apoyarse en ellos cómodamente porque entonces no le hubiera costado tanto esfuerzo respirar.
El cuerpo pudo quedar colgando de los brazos, con la cabeza inclinada hacia el pecho y hacia la derecha, de manera que el mentón lo toca y la cabeza con su plano medio, paralelo al pecho y espalda, casi horizontal. En esta postura la mejilla derecha queda casi tangente al hombro derecho.
Muy poco tiempo después de morir se le colocó el Lienzo de Oviedo rodeando la cabeza de la siguiente manera:
Se comenzó a colocar por la parte posterior de la cabeza, donde se observan unas heridas puntiformes con sangre que debió manar, aproximadamente, una hora antes (cuando todavía estaba vivo el Hombre del Sudario) enjugando la sangre existente. Se sujetó al pelo largo -siguiendo una especie de coleta- con unos elementos punzantes parecidos a los actuales alfileres, pero de mayor diámetro.
A continuación, el Lienzo envolvió todo el lado izquierdo del Rostro, la barba y llegó hasta el lado derecho. Dada la posición de las manchas que define la posición de la cabeza, al llegar a entroncar con la mejilla derecha se dobló el Lienzo sobre sí mismo y se unió, con los elementos punzantes antes mencionados, a la barba.
El lienzo así vuelto pasa doble por delante de la cara; la parte que sobra se recoge, doblado en tres, sobre la parte izquierda de la cara, completándose la operación con los alfileres o similares cerrándose finalmente sobre la cabeza hacia detrás. Esta postura necesita para ser estable que el brazo derecho esté elevado de manera que casi se pueda apoyar la mejilla derecha en la cara anterior del hombro, ya que si no es así quedaría el Lienzo en una posición inestable y absurda, dado que si no hay brazo que lo impida, la propia postura demanda que el Lienzo hubiera rodeado la cabeza completamente y no sólo la parte izquierda.
A continuación, el cadáver fue colocado en decúbito prono lateral derecho durante unos cuarenta y cinco minutos, y posteriormente levantado boca arriba. Al moverlo y elevar los pies por encima del plano de la nariz y boca, se produjo una efusión de sangre que se intentó detener por alguna persona presente, presionando con fuerza ambos orificios con su mano izquierda por encima del Lienzo. El cadáver fue transportado a algún lugar cercano, (el trayecto duró minutos), y allí el Lienzo permaneció rodeando la cabeza del cadáver.
Por último, éste fue vuelto a mover una vez más y cuando finalizó ésta última operación, el que llamamos "Sudario de Oviedo" le fue retirado del Rostro. Después -muy posiblemente- volvería a ser depositado sobre la cabeza ya amortajada.
REFERENCIAS
(1) HERAS, G. y VILLALAÍN, J. D.- El Sudario de Oviedo y sus relaciones con la Sábana Santa.
Ponencia a las III Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa de Turín. Sesión sobre "Investigaciones recientes". Valencia, 25 de marzo de 1990.
(2) HERAS, G. VILLALAÍN, J. D. e IZQUIERDO, J.- El Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín, _ Dos reliquias complementarias. Comunicación al V Congr. Naz. di Studi sulla Síndone. Cagliari, 20-30 de abril, 1990.
(3). ID. ID. ID. Línteum, Número Monográfico, Diciembre 1990.
(4) VILLALAÍN J. D. y HERAS, G.- El Sudario de Oviedo, nueva vía de investigación. Ciclo de Conferencias: "La Sábana Santa, un misterio que permanece". Museo de la Ciudad. Valencia, 22 de diciembre de 1991.
(5) RODRÍGUEZ, J., HERAS, G. y VILLALAÍN, J. D.- Estado actual de la investigación acerca de El Santo Sudario de Oviedo. Mesa Redonda. Centro Asturiano de Madrid, abril, 1992. Rev. de
Información del Centro Asturiano. 233: 3, 1992.
(6) BAIMA BOLLONE.- IV Congr. de Sindonología. Siracusa, 1987.
(7) VILLALAÍN, J. D. Policía Científica. T. II. pag. 175. Madrid, 1981.
(8) MORALES, A. de.- Viaje de ... por orden del rey D. Phelipe II a los reinos de León, Castilla y
Principado de Asturias. Ed. M. Florez. Madrid, 1765.
(9) RODRÍGUEZ, J. y CHIRIVELLA, J. (Coords.).- El Sudario del Señor -"Sudarium Domini"-.
Actas del I Congreso Internacional sobre el Sudario de Oviedo. Ed. Excmo. Cabildo de la S.I.
Catedral Basílica Metropolitana de Oviedo, 1996.

Fuerteventura, 02 de Diciembre de 2009
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