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En esta ocasión, nos trasladamos al 24 de Noviembre de 1974 a la isla vecina de Gran Canaria. Te recuerdo querido lector que en el enlace siguiente tienes acceso a los expedientes desclasificados por el Ejército del Aire.
En un informe oficial militar de 84 páginas se detalla que la
noche del 24 de noviembre 1974 se sucedieron varios avistamientos
que comenzaron a las 19,30 horas en la isla de Gran Canaria, cuando un
teniente coronel del Ejército del Aire y su hija circulaban por una carretera y
vieron una luz blanca y brillante en el cielo que dejaba una corta
estela. Ésta se desplazaba a gran velocidad y pocos segundos después
desapareció.
Según relata el investigador especializado en estos fenómenos
Vicente Juan Ballester, sólo 15 minutos más tarde, un avión Fokker-27 de
Iberia despegaba de Tenerife con destino a Las Palmas de Gran Canaria. La noche
era clara y el avión sobrevolaba unos estratos nubosos cuando ascendía a nivel
de vuelo de 2.100
metros. Entonces los pilotos vieron, justo en frente de
ellos, una luz potente que parecía encontrarse a unos 300 metros por encima de
ellos y que se acercaba en dirección contraria a lo largo de un corredor
habitualmente utilizado por el tráfico aéreo regular de Las Palmas.
Cuando el avión se cruzó con la luz, el comandante Saura, que
pilotaba la aeronave, llamó a la torre de control de vuelo de Canarias para
informar de que se estaban cruzando con un "tráfico procedente de Las
Palmas", pero la torre de control respondió que no había ningún
"tráfico en ese punto y hora". El operador del radar no registró
ningún rastro de esa "luz" en la pantalla que, sin embargo, la
tripulación continuaba viendo y que se quedó inmóvil situada a sus
"3" (este) durante un minuto más.
Posteriormente, el radar militar, puesto ya en situación de
alerta alfa, detectó a las 20.20 horas un eco no controlado en dirección
norte-nordeste mientras se acercaba a unas instalaciones militares a una
velocidad de más de 900
kilómetros por hora. Desde el exterior del complejo
militar W-8, varios soldados vieron una luz fija en el firmamento o que
se movía alrededor del centro.
Tan solo diez minutos más tarde, a las 20.30 horas, la
estación de radar registró una traza a unos 67 kilómetros de distancia,
que era en realidad otro vuelo de Iberia que hacía la ruta Madrid-Tenerife. Lo
curioso es que al mismo tiempo se detectó un eco anómalo a 85 kilómetros de
distancia y volando con rumbo al sur. Al llegar a una distancia de 78 kilómetros, la
traza se quedó estacionada hasta que se cruzó con el vuelo comercial 281 de
Iberia.
Inmediatamente después, la traza desconocida se evaporó de
repente y según los diarios de vuelo, no había ningún tráfico aéreo previsto a
aquella hora.
Espero que hayas disfrutado
de la lectura y si te gustó puedes compartir.
Fuerteventura, 05 de Julio
de 2015
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