Nicola Tesla nació la noche del 9 al 10 de julio de 1856 y como si ya se presagiase lo que iba a marcar su vida, los truenos y relámpagos rompían el silencio de Smiljan. Su pueblo natal frío, pequeño y de calles angostas, estaba situado en la provincia montañosa de Lika en Croacia cuando todavía formaba parte del imperio Austrohúngaro.
Su padre era un sacerdote serbo ortodoxo e impulsaba a su hijo a la vocación religiosa, pero el niño Tesla se sintió más atraído por el insisto creador de su madre y ya soñaba e imaginaba inventos inspirados en la propia naturaleza, en las montañas, en las tormentas, en el agua. Tesla dominó disciplinas tales como la física, las matemáticas y la electricidad y es considerado el padre de la corriente alterna y fundador de la industria eléctrica. Entre sus inventos más importantes están la radio, las bobinas para el generador eléctrico de corriente alterna, el motor de inducción (eléctrico), las bujías, el alternador, el control remoto… Pese a que llegó a tener más de 700 patentes a su nombre pocos de estos inventos son asociados por el público como suyos. Estudió ingeniería mecánica y eléctrica en Austria y física en Checoslovaquia y trabajó en varias compañías eléctricas y telefónicas por toda Europa. En 1884 llegó a Nueva York. Tenía 28 años, unos pocos centavos y una carta de recomendación para Thomas Edison escrita por uno de sus socios en Europa que decía: «Querido Edison: conozco a dos grandes hombres y usted es uno de ellos. El otro es este joven.» En aquella época Tesla trabajaba en la corriente alterna, mientras que Edison monopolizaba la iluminación de Nueva Cork y otras ciudades de EE.UU con corriente continua. Aun viéndolo como una competencia Edison contrató a Tesla con el fin de mejorar los diseños de sus generadores de corriente continua. Tesla dedicó a este fin un año en el cuál proporcionó diversas patentes muy lucrativas a Edison. Finalmente, cuando consiguió su objetivo de ayudar a su héroe, éste le negó la recompensa de 50.000 dólares alegando que fue “una broma americana” y su subida de sueldo, por lo que Tesla decidió dimitir.
Tras malos años para
Tesla, en 1887 la Western Unión Company le proporcionó los fondos necesarios
para el estudio del transporte de la corriente alterna a largas distancias.
Esta tecnología es básicamente la misma que seguimos utilizando hoy en día en
todo el mundo. Entre sus desarrollos podemos destacar las bobinas y el motor
eléctrico, presente masivamente en toda la tecnología moderna. Posteriormente
Tesla vendió sus patentes para la manipulación de la energía eléctrica a George
Westinghouse, inventor de los frenos de aire para los trenes y propietario de
The Westinghouse Corporación, además Westinghouse le ofreció el pago de
royalties por la explotación de la energía eléctrica que se generase con sus
inventos. La comercialización de la corriente alterna fue el inicio de la
conocida como Guerra de las corrientes con Edison. Edison defendía el hasta
entonces uso de la corriente continua mientras que Tesla defendía las ventajas
de la corriente alterna, la cual finalmente se impuso y actualmente es la que
llega a todos los enchufes de nuestros hogares. La ventaja principal que
defendía Tesla era la facilidad de transformación (alta tensión, baja tensión).
Edison se dedicó a desprestigiar públicamente a Tesla realizando ejecuciones en
la silla eléctrica de perros y gatos, intentando demostrar los peligros de la
corriente alterna. Esto no fue suficiente y la corriente alterna se convirtió
en la mejor alternativa muy a pesar de Edison y General Electric quien poseía
ahora los derechos sobre la corriente continua. En 1883 The Westinghouse Corp,
fue contratada para desarrollar un generador de corriente alterna en las
cataratas del Niágara. Debido al alto coste económico que supuso la carreta
tecnológica a favor de la corriente alterna George Westinghouse le sugirió a
Tesla que renunciase a recibir los royalties acordados. Tesla se sentía tan
agradecido por que alguien hubiera confiado tanto en él que en un gesto
magnánimo y torpe por su parte Tesla accedió y rompió el contrato que le unía a
la compañía. Poco después los problemas económicos de Tesla volvieron a
aparecer para convertirse en una constante durante el resto de su vida. En los
años siguientes se dedicó principalmente a todo lo relacionado con ondas de
radio y altas frecuencias, lo que le ayudó a desarrollar por ejemplo las
primeras lámparas fluorescentes de neón, y la primera fotografía en Rayos X.
Pero estos inventos palidecían comparados con su descubrimiento en noviembre de
1890, cuando consiguió iluminar un tubo de vacío sin cables, haciéndole llegar
la energía necesaria a través del aire. Este fue el comienzo de la gran
obsesión de Tesla: la transmisión inalámbrica de energía. Posteriormente en
1909 el italiano Marconi gana el premio Nobel por su aparato de radio que sin
embargo utilizaba hasta 17 patentes tecnológicas propiedad de Tesla para transmitir
la primera señal de radio que cruzó el Océano Atlántico en 1901. No fue hasta
1943, una vez muerto Tesla, cuando la Corte Suprema reconoció la prioridad de
Tesla sobre la patente de la radio. Gesto que fue motivado porque Marconi había
demandado al Gobierno de EE.UU por utilizar su radio durante la I Guerra
Mundial. Tesla utilizó sus conocimientos y patentes de radio para construir un
barco teledirigido con la idea de incorporar su desarrollo a los torpedos y
otros ingenios relacionados con la robótica que Tesla visualizaba como «hombres
mecánicos diseñados para ayudar a los hombres en las tareas más tediosas» pero
que sin embargo en aquella época no parecían tener aplicaciones prácticas: Los
trabajos de Tesla en robótica y comunicaciones en red sin cables han probado
ser adelantados a su tiempo. Y sus diseños para una turbina sin aspas y una
bomba sin ningún tipo de parte móvil (modelada a partir de un diodo) continúan
intrigando a los ingenieros contemporáneos. En sus últimos años Tesla se dedicó
casi por completo a su gran sueño de transmitir energía de forma aérea, sin
cables, aprovechando la conductividad de las capas superiores de la atmósfera,
la ionosfera, para distribuirla libremente por todo el planeta. En 1981
demostró a pequeña escala que era posible transmitir energía inalámbrica sin
cables.
Utilizando una enorme
torre de más de 60 metros de alto llamada Wardenclyffe Tower o Torre de Tesla
éste intentó demostrar que era posible enviar y recibir información y energía
sin necesidad de utilizar cables a gran escala. Sin embargo, la falta de
presupuesto impidió que la estación de radio siquiera se terminara de
construir. Nunca llegó a funcionar del todo y la torre fue derribada en 1917
tras doce años de abandono. Hoy se conserva el edificio base con una placa
conmemorativa en recuerdo de Tesla que se colocó en 1976, con motivo de su 120
aniversario Nikola Tesla decía que todo lo que patentaba lo hacía en su mente
antes de plasmarlo en papel ya que así tardaba menos y podía cambiarlo y
manipularlo rápidamente. Posteriormente lo construía funcionando casi en el
100% de los casos sin necesidad de retoque alguno. Obsesionado por la
naturaleza por la coexistencia y el beneficio del hombre y el planeta fue en
contra de los intereses económicos de muchos por ello no fue reconocido, fue
boicoteado y olvidadas para nosotros las más de 700 patentes que se le
atribuyen. Tesla murió de un infarto en Nueva York el 7 de enero de 1943 en la
habitación del hotel en la que vivía. Murió estando solo, casi arruinado y
rodeado de teorías de conspiraciones y robos debido a la desaparición de muchos
de sus papeles, notas y esquemas técnicos. Puede que algún día alguien termine
sus trabajos y podamos vivir en un planeta con energía gratis, inalámbrica para
todos como soñaba Tesla y dejar de dañar el planeta con medios agresivos como
plantas nucleares, petróleo… espero que el mundo que soñó Tesla no pase como un
sueño para nosotros.
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