martes, 29 de mayo de 2012

Caso Manises




El 11 de noviembre de 1979. Un avión comercial Supercaravelle, con 109 pasajeros a bordo, que efectuaba el vuelo JK-297 Salzburgo-Tenerife, despega del aeropuerto de Mallorca tras una escala técnica.
A las 23:10 horas, la tripulación de cabina, don Francisco Javier Lerdo de Tejada, don Ramón Zuazu y don Francisco Javier Rodríguez comprueban la recepción de una comunicación por el canal de socorro de 121.5 MHz, pero con la peculiaridad de que quien lo emite, no parece conocer el código Morse. En previsión de que un buque o aeronave se encuentre en apuros, deciden apagar la luz de cabina para vislumbrar mejor el exterior. Esa actitud les permitió observar dos luces rojas dirección noroeste Valencia, y que aparentemente se dirige hacia el aparato.
El Comandante, para prevenir esa ruta de colisión, decide ascender de los 7.000 a los 8.500 metros, actitud que no le vale para nada pues el OVNI se sitúa a la misma altura que el Supercaravelle.
El OVNI, acomete en ese instante, un acercamiento a 700 metros del avión comandado por el señor Lerdo de Tejada, distancia directamente considerada como de colisión. Este riesgo induce a abortar el plan de vuelo, y a efectuar un aterrizaje no previsto en el aeropuerto de Manises, Valencia.
El control de éste aeropuerto, pregunta al comandante del vuelo JK-297 si desea que notifiquen a Pegaso, el centro de control del espacio aéreo español ubicado en Madrid, para que ordene el despegue de un interceptor del Ejército del Aire, a lo que el señor Lerdo de Tejada responde afirmativamente.
El avión logra aterrizar sin problemas en Manises, observándose cómo el OVNIse queda a 30 millas de allí, algo comprobado visualmente por el director del aeródromo, don Miguel Morlán.
El Escuadrón de Vigilancia Aérea número 5 (Kansas), ubicado en lo alto de la sierra de Aitana, Alicante, detectó ecos no identificados. El Mirage F-1, tripulado por el capitán don Fernando Cámara, visualiza el OVNI, pero no logra acercarse a él, ni aún volando a Mach 1,4. su cámara de infrarrojos tampoco detecta emisión calórica procedente del OVNI. El piloto del caza militar aseveró haber escuchado “voces como de niños” en sus comunicaciones con Pegaso.
Tras el suceso, el diputado español don Enrique Múgica Herzog emitió al Gobierno español, las siguientes preguntas formuladas en el Congreso de los Diputados:
1- ¿ Qué clase de aparato provocó el desvío del Supercaravelle de la compañía TAE en la noche del 11 de noviembre de 1979 ?.
2- ¿ Por qué tres tráficos de origen desconocido permanecieron durante más de cuatro horas sobre el espacio aéreo español ?.
3- ¿ Qué clase de aparatos obligaron al despegue en alerta de un Mirage F-1 de la base de Los Llanos (Albacete)
El Gobierno no contestó, pero posteriormente la División de Operaciones, Sección Espacio Aéreo emitió el siguiente comunicado:
"Las causas que obligaron a desviar la noche del 11 de Noviembre de 1979 al avión Caravelle de la TAE no se debieron a ningún tipo de avión, ignorándose la naturaleza del objeto en cuestión, que bien pudo ser una ilusión óptica. Por otro lado es un hecho cierto que no se tuvo contacto radar con él, ni desde tierra ni desde el aire en ningún momento, lo que indica la inexistencia de un objeto sólido en la zona durante el periodo de tiempo estudiado.
No hubo  tráfico durante cuatro horas en el cielo español, sino la apreciación de unas luces de dudosa identificación que, en ningún momento se demostró que fuesen objetos consistentes, garantizándose que no era ningún tipo de avión, por lo que no puede calificarse de "tráficos".
No existió ningún aparato que obligase a un despegue de un F-1 desde Albacete, sino que fue la comunicación telefónica hecha desde Valencia sobre la observación de unas luces en la zona, lo que indujo al Jefe de Servicio del MACOM a ordenar la salida del F-1 (Mirage) al objeto de comprobar si dichas luces correspondían a algún avión u objeto volante que, por otro lado, no había sido detectado por el radar de tierra. Se sabe también que en la fecha del suceso se encontraban diferentes buques de la Marina Estadounidense, correspondientes a la Sexta Flota, efectuando maniobras militares. No sería extraño que diferentes facetas ocurridas en este acontecimiento, como la extraña señal de socorro o las “voces de niños”, podrían responder a maniobras de guerra electrónica efectuadas por los buques de guerra.


Fuerteventura, 28 de Mayo de 2012

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